26 de diciembre de 2011

Gris

Estaba de pie en el subte, tenía un libro en mis manos, un libro que me había comprado horas atrás.
¿Leía?
No, no lo hacía. Mis ojos se movían letra a letra mientras mi mente divagaba. Algunos conceptos se despegaban de las páginas y me sacudían un poco haciéndome dar cuenta que yo no estaba ahí; me forzaba a volver algunas líneas. No, nopodía leer, sólo pude hacer lo más sensato: cerrar el libro.
Empecé a pensar, a fantasear con escribir... ¿Sobre qué? Miré hacia mis costados. Gente, gente y más gente. Cada uno en la suya, y ahí se me ocurrió. Debía escribir sobre lo que me pasaba ahí, en ese momento.
Un hombre dice "Esta es Bulnes", él y su, supongo, amigo se levantan. Yo me siento, saco un papel, escribo.
¿Qué es lo que me pasa?
Me siento pesado, acalorado, en una especie de rebaño moderno, siendo guiado por un gigantezco y metálico pastor. Gris, la mayoría es gris; la gente tiene ese gris aspecto de "son casi las 8 y recién estoy volviendo a casa".
Qué envidia.
Aún no me tocaba a mí volver.
El olor también es gris... Una mezcla entre frustración, cansancio, hartazgo... Es un olor amigo de este agobiante calor que se come nuestro oxígeno. Me canso.
Busco colores.
¿En la ventana? Qué inocencia, sólo hay vacío, una luz aquí, una luz allá, qué tren, qué tren. Una estación, sí... Tiene "colores", colores superficiales que en esencia no son menos grises que el resto de nosotros.
Creo que era así como me sentía ese día, esa era la mejor definición:
Gris.

No hay comentarios:

Publicar un comentario